La Filmación

Filmar en Chimborazo en gran altitud fue difícil, no sólo por el aire, sino también debido al terreno montañoso y el hielo. Sólo podíamos llevar lo que el equipo podía cargar a la espalda en la caminata de tres horas hasta las minas de hielo. El tiempo cambia rápidamente en Chimborazo, y cayeron tormentas sobre nosotros más de una vez.

El productor Rodrigo Donoso y yo éramos, en su mayor parte, un equipo de filmación de dos personas. Armamos carpas en el patio de Baltazar y acampamos durante dos semanas en Cuatro Esquinas, así que pudimos sumergirnos en la vida diaria de la familia. Comimos desayunos de horchata – una deliciosa bebida caliente de granos cocidos (avena, arroz, quinua y cebada) con azúcar y canela. Casi todas las mañanas, seguimos a Baltazar o a sus hermanos mientras trabajaban – en la montaña, en Riobamba y en Cuatro Esquinas. También filmamos a los niños en la escuela. Las cenas con frecuencia consistieron en sopa de quinua, junto con arroz, papas y habas. Después de la cena, pudimos pasar un tiempo con la familia y luego retirarnos a nuestras tiendas para preparar el rodaje del siguiente día.

Fue un privilegio poder observar una comunidad desde su interior y luego tener la oportunidad de compartir una parte de ella con una audiencia que de otra manera nunca hubiera conocido de su existencia.